viernes, 23 de diciembre de 2011

Por qué estas palabras que se me escapan
y no vuelven, cuando vuelan las promesas…
quise darte tanto, que buscando qué darte
tan sólo palabras acudieron a mi garganta.

Palabras de fuego y palabras de agua.
¿Dónde estaban las bromas espontáneas?
Las perdí en el camino, en la alta montaña.

Pero de aquel viaje traigo este pasaje:

En la oscuridad nació una estrella, grande,
de luz de sonrisas y mirada de negra plata.
bello lucero del alba, que en el alba ardes
y reflejas estelas en el mar hacia tu morada.

Dame tu brújula, capitán para llevar esta nave…
Pues perdí la luz de la estrella en el agua.
Dame el timón, capitán, todavía no es tarde…
Pues donde vi la estela tan sólo oscuridad.

Abres los ojos, se levanta el telón de la vida,
se abren tus bellas pestañas a un nuevo día.
¿Dónde está la oscuridad? tan lejos, tan fría,
muy distante, y tardía. Y miras a la ventana
y la luz de la mañana que ilumina tu cama,
tu edredón de dibujos de olas y de barcas…

Por qué estas palabras que se me escapan
y no vuelven, cuando vuelan, con tristeza…
Quise darte tanto, navegando una tarde.
tan sólo tus ojos acudieron a mi mirada...

Te arropé con palabras surgidas de cuentos.
te regalé un edredón que fabriqué con sonrisas
el olor de un desayuno y el eco de tus sueños…

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