jueves, 8 de diciembre de 2011

En las estancias del basto vacío que me absorve
maduro escuchando cien mil trompetas de oro
que anuncian cada rey, cada orbe, cada trono
cien mil negras nubes de lluvia en el horizonte

Fuegos fatuos que beben en copas de bronce
en mesas de plata que vibran bajo las estrellas
ocultas en florestas, de rosas y madreperlas
En las estancias del basto vacío que me absorve

Basto vacío de caminos de pétalos crepusculares
yo te sigo en la noche, mi pequeño pájaro de fuego
tu luz es mi camino, mas te pierdo y no te tengo
ya no te veo porque, aunque lo intento, es sueño.

Y despierto de pronto del sueño oyendo de noche
al viento que agita gasas que bailan en la ventana,
mas ya no recuerdo aquel sueño tan breve, nada.
En las estancias del basto vacío que me absorve

El fulgor de un recuerdo del sueño me espanta,
mas giro raudo en la cama un poco desorientado,
y veo un paisaje de montes que vibran al oro lado
Es tu pecho que respira, dulce perfil en la ventana.

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