domingo, 31 de julio de 2011

‎"Gris tierra, oscura y sedienta
torres resquebrajadas, rotas,
en mi viejo cuaderno de notas
colecciono recuerdos ya viejos,
ramos de sensaciones marchitas
entre los que asoma una rosa roja

Llegó caminando en el viento,
sed de fuego en su garganta,
luz de luna en su mirada...
cabalgaba en el rocío
un unicornio de crin negra
con risueña cara de plata.

Desde un castillo perdido
de más allá de los sueños
llegó caminando en el viento
por el camino olvidado,
y verdes brotes esmeralda
brotaron en el cemento.

Trajo en su voz los sonidos
del aire, el sol, la mar y tierra
el recuerdo verde de la era
de los dragones negros,
cuando los ángeles cantaban
las canciones de las esferas.

Y todos la miraban, absortos
donde pisaba, por el camino
de enredadera y espino
que conducía a la morada
destartalada, viejo hogar
de un rey sabio y dormido.

"¿Eres tú, la portadora de la risa,
la Traedora, señora de la profecía,
de la luz y el color de la alegría?"
Preguntó el viejo rey ya despierto,
viejo rubí rojo sangre en su corona,
a la dulce oscuridad que sonreía.

"No se si soy quien tu dices, viejo
rey, pero te traigo este presente,
consérvalo contigo, por siempre…"
Y dicho esto se fue ella, se fue,
marchó de nuevo, el sol de la tierra.
Y aún hoy la recuerdo, en mi mente…

Gris tierra, oscura y purulenta
de altas torres destruidas,
en mi viejo cuaderno, sin tinta
colecciono recuerdos ya viejos,
ramos de sensaciones marchitas
entre los que asoma una flor extinta...

en mi mano rojos pétalos de sangre,
y el sordo repiqueteo de mi corazón
en el firmamento, la luz de una pasión
que se salta veloz en el pecho…
Es ella, es su presente, es su recuerdo,
Cierro el libro al llegar a tu estación.

Y una nueva estación, mientras tanto…
Es ella es su presente, es su recuerdo,
y el paisaje se transforma en sueño,
árboles azules bajo cielos ultramar
surcados por bandadas de dragones
que retornan llevados por el viento.

Más ella ya no está, tan sólo el verdor
de su ida por los caminos yermos
anuncia sus pasos en el gris cemento.
Rubí que no eres joya sino sangre,
sangre de un dragón viejo y olvidado
que perdió su forma en el tiempo.

"Toma el rojo rubí", dijo el Mago,
"el cristal de sangre que te adorna
a ti y a toda tu estirpe, tu corona,
y arrójalo y viértelo en mil gotas
de sangre en el instante indicado
cuando la última luz se rompa."

Y nada ya resta en el mundo más
que la ardiente oscuridad del corazón
de un renacido y moribundo dragón
pues cuando la última gota se filtre
tu forma recobrarás, y todo perderás
y nada recordarás… otra estación.

y así el viejo rey desplegó sus alas,
y voló bajo en busca del verdor
un dragón en el cielo y una flor
una rosa en un libro, y el libro
perdido, en el amanecer del mundo
oscurecido tras el último fulgor.

Te escucho en mis sueños de alas
agitadas por la esperanza de la luna,
esfera de plata naciente que susurra
al mundo el camino que ella toma
y al fin la encuentro en lo profundo
profundamente dormida en su urna.

Alegre canción de luna que agita
mi esperanza de su luz de plata,
del aliento que al cristal exhala,
dulce carita de plata y labios rojos,
como la sangre que se me pierde
cada instante vertida de mis entrañas

Ella despierta y me mira, de hito en hito
"he vuelto a ti por fin, con mi último aliento
mi señora, mas vida que darte ya no tengo
pues me ha costado tantísimo encontrarte…"
Y el dragón se posa a los pies de ella,
de la luz de su luna, con gran estruendo.

Y estación tras estación vivieron juntos
en las páginas marchitas de este libro viejo
cuyo final se desdibuja cual basto secreto
guardado en un cofre dentro de un arcón
dentro de una cámara profunda y oscura
custodiada por un enorme dragón negro.

Gris tierra, penumbra iluminada,
la luz de la luna vuelve al mundo
al verdor de un valle profundo,
misterios renacidos en cada curva,
cada ciclo, cada estación del camino,
un niño olvidado que murió de adulto…

En forma de dragón murió bajo el cielo
negro, tras el largo viaje, el dragón negro
proteico muro de escamas de hierro
exangüe, titánico reptil de extinto fuego…
derrumbado a los pies de su señora,
ligados ambos por un canto eterno.

Susurrante cántico matamórfico
canción de una rosa marchita y vieja
que en versos de plata se expresa,
la lengua del tiempo pasado que retorna
preñado de recuerdos y de sueños…
las lágrimas recorren su piel tensa.

Dulce pájaro de fuego, ave fénix,
leyenda del dragón plateado...
redes de fuego del pasado
de un tiempo más allá del tiempo
en una tierra verde, luminosa...
por el cariño de un dragón enjaulado

Y el día que vino la muerte
le dijo el mago, su captor,
"Vete, de la noche cae el velo
Te dejo libre, no te merezco,
corre, entre mi suelo y tu cielo.
Y la luna se fue caminando…

Se fue caminando en el viento
sed de fuego en su garganta,
luz de luna en su mirada
cabalgaba en el rocío
centauro de piel negra
con risueña cara de plata

Desde un castillo perdido
de más allá de los sueños
llegó cabalgando en el viento,
para llevar la luz al mundo,
una esperanza perdida
en los compases del tiempo.

El joven mago en la joya
su roja sangre en la corona
y esta en el rey con su rosa
Rosa que es remembranza
de los días de luz de plata
en un viejo cuaderno de notas.

Dragón de plata, dragón negro
luna del cielo en la noche fría
eclipse de sol en oscuros días,
llega la estación de la mañana
dos reyes, por un instante se miran...
y en el asiento una rosa ¿que sonreía?"

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